El pasado viernes 15 de mayo se estrenó la última temporada de esta serie basada en una versión del mismo nombre de 1985, después del éxito de He-Man and the Masters of the Universe. Esta serie trata la vida de Adora, quien fue criada por "La Horda", después de descubrir que es el ser más poderoso y mágico de Etheria, She-Ra. Tras 3 temporadas en una guerra de Las Princesas contra La Horda, la temporada pasada descubrimos que La Horda era solo el comienzo y que había seres más peligrosos y fuertes en busca de Etheria y su poder. En esta temporada, su creadora, Noelle Stevenson, le da un final maravilloso.
En tan solo 13 episodios de 20 minutos cada uno, cada personaje recibe un desenlace espectacular, logramos enamorarnos un poco más de cada uno, de cada relación, cada amistad, perdonamos a aquellos que merecen ser perdonados, encontramos bondad en aquellos que creíamos perdidos, confiamos en el papel que cada uno interpreta; la evolución de cada uno no solo se deja en claro por su manera de actuar, sino que la animación, el físico también desarrolla una evolución notable, sobretodo en nuestra protagonista. Es especialmente espectacular la manera en que recibimos el final, no solo porque encaja perfectamente en la historia, no se siente forzado y deja un buen sabor de boca, sino porque a pesar de eso, logró darle al público lo que deseaba.
Esta serie animada es especial por la naturaleza con la que tratan temas actuales como familias homoparentales, amistades fuera del estereotipo, género no binario, etc. Y a pesar de ser una serie hecha para niñxs de 6 a 12 años, es emocionante verla no importa la edad, pues claro, es muy digerible al ser para pequeños, pero comunica muchas cosas que cualquier adulto necesita escuchar.
Por otro lado, a pesar de su increíble final, hay cosas que se quedan ligeramente colgadas con personajes importantes como Scorpia, Mermista y Seahawk. Pues la atención se fija en Adora, Glimmer, Bow, Catra e increíblemente, Shadow Weaver, pues honestamente, es imposible quitarles el ojo de encima.
