¿Eres basura o un juguete?

Emotiva, divertida, melancólica y brillante, Toy Story ha vuelto a salas de cine con un toque refrescante y fascinante logrando ser fiel a su secuencia original con una nueva entrega dirigida por el mismo director de éxitos de Pixar como Intensa Mente y Up, una aventura de altura, Josh Cooley.

Toy Story 4 marca el final de esta adorada historia. Ésta vez se enfoca en la vida de los juguetes, en especial de nuestro querido Woody (Tom Hanks/Arturo Mercado Jr.) después de haber dejado ir a su fiel amigo Andy, y su nueva vida con Bonnie, quien al entrar al jardín de niños arma un juguete hecho de basura llamado Forky (Tony Hale/Arturo Castañeda Mendoza) que tiene problemas de identidad pues su naturaleza es ser basura, no un juguete.

Esta nueva entrega sin duda es fascinante, aunque cuando se anunció el comienzo de su producción hubo cierta polémica entre fans y críticos sobre la necesidad de una nueva producción, la cinta sin duda logró superar cada una de nuestras expectativas en todos los aspectos, desde guión y dirección hasta la calidad de animación y arte.

Esta cinta nos lleva al pasado y a la melancolía con el regreso de personajes como Bo Peep (Annie Potts/Diana Santos) pero logra juntarlo con nuevos personajes fantásticos como Duke Kaboom (Keanu Reeves/Ricardo Tejedo), dándole un desarrollo impresionante siendo respetuoso al pensamiento de antes (no existen juguetes malos y el acto más bondadoso de un juguete es ayudar a un niño/a) brindando un increíble y merecido final.

Personalmente me pareció increíble esta entrega y el final que le han dado. Ha sido maravillosa la aventura que han tenido estos juguetes y cada una de estas cuatro películas tiene una carga impresionante en la historia del cine animado. Sin duda alguna le da a la audiencia joven adulta y adulta el final que necesitaban con un gran cariño y respeto a sus personajes, pero también logra ser apta y apreciada para aquellos pequeños en las salas. Ten por seguro que soltarás una que otra lágrima.
Un consejo, espera en la sala hasta el final.

Al infinito y más allá.